Llegaba el Barça de Flick a su semana grande y esta no pudo acabar mejor.
Muchas voces vaticinaban o quizás esperaban las derrotas, o mejor aún, una hecatombe por parte del equipo del técnico alemán. El Barça no ha jugado contra nadie, ya perdió en Europa que le queda grande y otras muchas sandeces que hay que leer y escuchar en los distintos medios y no todos desde la capital…
Y nada más lejos de la realidad, el Barça ha terminado la semana con un 8-1 a favor. 4-1 al Bayern y una nueva goleada en el Bernabéu (0-4), las cuales en los últimos años están siendo incontables.
Pero lo más importante no es haber pasado con nota este pequeño examen a mitad de curso, lo más importante es lo que transmite esta plantilla y lo que propone. Lejos de intimidarse en los grandes escenarios estos jugadores salen a jugar con una valentía fuera de toda lógica.
No podemos olvidar que la mayoría de ellos son niños, ¡Cubarsí y Lamine tienen 17 años! y juegan como si llevaran toda la vida en la élite. A estos le siguen Balde, Pedri, Gavi, Casadó… jugadores que rondan la veintena.
Esto es lo que más ilusiona a la afición, esta nueva generación de jóvenes que permiten soñar con un futuro repleto de alegrías, y lo que es mejor, y más orgullo siente el culé, el cómo.
Porque en Can Barça las formas son innegociables. Presión alta, posesión de balón, circulación rápida y generar ocasiones de gol, muchas, ese es el objetivo y con ellos llegarán los resultados. Y parece que el míster lo tiene claro desde que fichó por el conjunto azulgrana. Masía, ADN Barça y jugar, jugar mucho.
No sabemos cómo acabará la temporada el Barça de Flick, pero lo que sí sabemos con seguridad es que el culé vuelve a estar ilusionado con su equipo y con sus niños, con esa Masía que sale a disfrutar de cada partido como si fuese el último y que luce con orgullo los colores de su camiseta.
Y es que no hay sensación más bonita que esperar impaciente con ilusión y ganas el siguiente partido de tu equipo. Así es como vive el aficionado azulgrana estos momentos, instalado entre la euforia y la nostalgia, esa nostalgia que trae los mejores recuerdos vividos, que tanto se añoran y que se visualizan en la lejanía… Pero ahora es momento de soñar, sigamos soñando.
Para completar esta semana grande, anoche Lamime Yamal consiguió el Golden Boy, siguiendo los pasos de Pedri y Gavi, y Aitana Bonmatí su segundo balón de oro, el cuarto seguido para una jugadora azulgrana con los dos de Alexia. Como decía, sigamos soñando…