La final, disputada el 13 de enero de 2025 en el Estadio King Abdullah Sports City de Yeda, Arabia Saudí, fue un auténtico espectáculo donde el equipo de Hansi Flick demostró su superioridad sobre el campo.
En un partido que quedará para la historia, el FC Barcelona se ha impuesto al Real Madrid por un contundente 2-5, alzándose con su 15ª Supercopa de España.
El partido comenzó con un gol tempranero de Kylian Mbappé para el Real Madrid, poniendo un 1-0 en el marcador al minuto 5.
Sin embargo, la respuesta del Barcelona no se hizo esperar. Lamine Yamal igualó el encuentro en el minuto 21 con una jugada individual magistral.
El Barça de Flick implementó una presión alta organizada en un sistema 4-3-3, que resultó fundamental para el resultado. Esta presión forzó numerosos errores en la salida de balón del Real Madrid, permitiendo al Barcelona recuperar la posesión en zonas peligrosas. La coordinación y agresividad de las tres líneas azulgranas fueron claves para dominar las transiciones rápidas y mantener al Real Madrid a raya.
El Barça tomó la delantera gracias a un penalti convertido por Robert Lewandowski en el minuto 36.
El Barcelona jugó con una línea defensiva muy adelantada, una táctica que ya había probado en encuentros anteriores pero que esta vez funcionó a la perfección. Esta estrategia no solo incomodó a los jugadores merengues, sino que también les permitió a los defensores del Barça participar activamente en el juego ofensivo, como lo demostró Jules Koundé con su asistencia a Raphinha en el tercer gol.

El Real Madrid, dirigido por Carlo Ancelotti, mostró problemas en la salida desde atrás, con Aurélien Tchouaméni siendo particularmente señalado por sus errores defensivos. El Barcelona supo capitalizar estos fallos, especialmente en jugadas de contragolpe donde Lamine Yamal y Alejandro Balde fueron determinantes.
Un contragolpe tras un mal corner sacado por el Real Madrid, terminó en un mano a mano de Alejandro Balde con Courtois justo antes del descanso, llevando el marcador a un 4-1.
La segunda parte vio al Barça continuar su dominio, con Raphinha marcando su segundo gol del partido en el minuto 48.
El equipo de Flick demostró una variedad de opciones en ataque. Robert Lewandowski fue un pilar en el juego aéreo y en las jugadas de estrategia, mientras que Raphinha y Yamal aportaron velocidad y desborde por las bandas. La polivalencia de jugadores como Pedri y Gavi en el medio campo permitió al Barça mantener el control del partido, incluso con un jugador menos después de la expulsión de Szczesny.
Aunque Rodrygo intentó reducir la distancia para el Madrid en el minuto 60 tras la falta hecha por el portero polaco, el resultado final ya estaba escrito.
A pesar de quedarse con diez jugadores, el Barça no solo mantuvo su estructura defensiva sino que incluso pudo ampliar su ventaja. Esto refleja una adaptabilidad táctica que Flick ha inculcado en el equipo, capaz de cambiar su enfoque durante el partido para seguir siendo efectivo.
Hansi Flick logró su primer título con el Barcelona, demostrando que su equipo tiene la capacidad de competir al más alto nivel.
Carlo Ancelotti, por su parte, no pudo encontrar la fórmula para detener la avalancha azulgrana. El Real Madrid, aunque intentó reaccionar, mostró una defensa frágil y un juego colectivo que no estuvo a la altura del desafío que planteó el Barcelona.
Gil Manzano, el árbitro del partido, tuvo una actuación polémica, con decisiones que influyeron en el desarrollo del juego, especialmente en la revisión del penalti y la expulsión.
Este resultado no solo es un golpe de moral para el Barça, sino que también resalta las áreas de mejora para el Real Madrid de cara a futuros enfrentamientos. El Clásico demostró que, en noches como estas, el Barcelona puede ser intratable.
Este encuentro fue una clase magistral de cómo una estrategia bien ejecutada puede desarticular a un rival de la talla del Real Madrid. La presión alta, la defensa adelantada y la rapidez en la recuperación de balón fueron las claves que permitieron al Barcelona llevarse el título de la Supercopa de España de 2025.