Los azulgranas pelearon de principio a fin en un partido de alta tensión, pero Olympiacos se llevó la victoria con una canasta decisiva en los últimos segundos.
El partido comenzó con novedades en el quinteto inicial del Barça, donde destacaba la confianza del entrenador en Parra y Fall. También se hizo notar el lleno total del Palau, con una afición deseosa de baloncesto y, sobre todo, de venganza tras la eliminación en cinco partidos del curso pasado, quedándose a las puertas de la Final Four.
El encuentro arrancó con una igualdad máxima, con ambos equipos repartiéndose los puntos y mostrando quién quería liderar a quién. Destacó la gran presencia de aficionados griegos, que llenaron las gradas blanquirrojas. Los de Peñarroya entraron muy concentrados en el partido, con un Fall estelar. Sin embargo, en el tramo final del primer cuarto, el Olympiacos empezó a despegarse de los locales, entonándose cada vez más. Para los culés, era clave evitar pérdidas no forzadas y defender con uñas y dientes. La gran calidad individual de los griegos suponía una amenaza para los azulgranas en un partido de máxima duración e intensidad. Aun así, el Barça cerró el primer cuarto con un triplazo de Núñez, quedándose muy cerca en el marcador (21-22).
El segundo cuarto comenzó con un Olympiacos bien asentado en el partido, anotando con facilidad gracias a varios jugadores muy afinados de cara al aro. El Barça intentó complicarle las cosas al líder de la Euroliga con varias jugadas de Darío Brizuela, que buscaban desestabilizar la moral de los griegos. Fall seguía dominando la pintura con una gran ejecución, mientras que los azulgranas mejoraban notablemente en la circulación de balón, reduciendo errores y acelerando el flujo de pases. El encuentro se mantenía igualado, con una esencia de duelo histórico y muchas emociones en juego. El Palau estaba encendido, pero Olympiacos quería aguar la fiesta, reivindicando su liderazgo europeo con actuaciones de peso. Antes del descanso, se destacó el gran trabajo defensivo del Barça, que puso en aprietos a los griegos, acompañado de una efectividad ofensiva que dejaba buenas sensaciones. Los azulgranas se iban al vestuario con el partido totalmente abierto (47-45).

El tercer cuarto fue de infarto. Con apenas dos puntos de diferencia, comenzaba un periodo que históricamente había sido problemático para los de Peñarroya, pues volvían del descanso desenchufados. Pero esta vez fue diferente: los azulgranas evitaron los ataques de los griegos y comenzaron a encadenar aciertos hasta alcanzar una ventaja de nueve puntos, con Jabari y Punter como protagonistas. Aun así, Olympiacos no se dejó intimidar, con su afición apretando como si estuviera en casa. En cuestión de minutos, los griegos redujeron la diferencia y el partido alcanzó un nivel de tensión altísimo. Cada respiro daba la sensación de ahogar al Barça. Hacia el final del tercer cuarto, los azulgranas bajaron el ritmo y, con varias pérdidas, permitieron que Olympiacos remontara y se pusiera tres puntos arriba. En la última jugada, los griegos cometieron una pérdida extraña, pero el Barça no logró convertir su ataque en canasta (65-66).
El último cuarto estuvo marcado por la igualdad absoluta, un partido que se decidiría por pequeños detalles. Olympiacos arrancó con más acierto, sin perdonar ninguna oportunidad, mientras que el Barça falló tres triples consecutivos, lo que permitió a los griegos distanciarse por siete puntos. Aunque los azulgranas no se rendían, el conjunto heleno se mostró muy sólido, sumando puntos sin alteraciones. El Barça, por su parte, se precipitaba al verse por debajo en el marcador, mientras Peñarroya pedía calma y perseverancia desde la zona técnica.
El encuentro tomó un rumbo inesperado cuando el árbitro se convirtió en protagonista con varias decisiones polémicas que favorecieron al líder de la Euroliga. A falta de menos de dos minutos, la tensión era máxima, pero Olympiacos mantenía la compostura. La desconexión azulgrana en ciertos momentos los obligó a remar a contracorriente todo el tiempo, intentando alcanzar a un rival que no fallaba. Hubo opciones de prórroga, pero en el último ataque, con apenas segundos en el reloj, Olympiacos acertó un tiro de dos que sentenció el partido. El Barça, pese a su buen esfuerzo, cayó en el último suspiro tras un gran encuentro.