El conjunto blaugrana consiguió su segundo Copa de Europa al completar una épica remontada delante de 8.000 culers.
Patri Guijarro, con un doblete, y Rolfö dieron la vuelta al 0-2 del Wolfsburgo tras el descanso.
Jarro de agua fría
Parecía mentira que estuvieran avisadas, con el precedente de Turín y el mismo discurso durante los días previos a la final, la clave estaba en salir enchufadas, presionar y hacerse con el partido.
Pues aún así, el partido empezó cuesta arriba para las de Jonatan Giráldez. Dos errores individuales condenaron al Barça en los primeros instantes del partido, la pesadilla del año pasado tubo la tentación de repetirse. Entonces fue Amandine Henry quien marcó nada más empezar el partido, esta fez fue Ewa Pajor quien avanzó al Wolfsburgo cuando solo se habían disputado tres minutos de partido. La delantera polaca aprovechó una pifia monumental de Lucy Bronze cerca del área local que castigó a su equipo. Paños llegó a tocar el balón, pero no con la suficiente fuerza para evitar el primer tanto en contra del partido.
Costó, pero se rehízo bien el Barça, que a lo largo de la temporada ya había aprendido a sufrir. A los diez minutos Mapi León colocó un saque de esquina excelente a , Irene Paredes, que atenta y correcta en todo momento, tuvo la oportunidad de igualar el marcador con un remate de cabeza a portería vacía. Dios sabe cómo no terminó al fondo de las mallas. La presencia blaugrana en campo rival cada vez era más recurrente. Lo intentaron Aitana, Salma y Graham Hansen pero sin fortuna alguna.
El jarro de agua fría llegó en la siguiente jugada, apareció el Wolfsburgo de nuevo. Dos llegadas, dos goles. El 0-2 fue obra de Alexandra Popp después de una falta sobre Mapi León que obvió tanto la colegiada como el VAR. Tocaba remar para revertir el marcador y la efectividad.
Era la primera prueba de fuego para el conjunto catalán esta temporada, pero Jonatan Giráldez, lejos de bajar los brazos, movió fichas y dio con la tecla: “El 0-2 era totalmente injusto y era necesario rectificar las posiciones de Salma y Mariona para recibir en mejores condiciones, minimizar las situaciones de pérdida y ser más agresivas en los últimos metros”. Esto respondía el técnico del Barça a nuestra pregunta sobre qué les había comentado a las jugadoras en el descanso tras verse con un pie y medio fuera de la final.
Patri Guijarro: El nombre de la noche.
Los fantasmas del año pasado parecían reaparecer en Eindhoven pero Patri tenía otros planes.
A tope! El discurso de Jonatan Giráldez y la arenga de las capitanas en el entretiempo hicieron efecto. Mariona avisó al minuto con un disparo desde fuera del área directo a las manos de la meta. Fue entonces cuando la locura blaugrana inundó las gradas del Philips Stadion. En tan solo dos minutos, Patri Guijarro se encargó de dar la vuelta al resultado. Primero, con una gran jugada individual de Graham Hansen donde la mallorquina culminó con un disparo raso al fondo de las mallas.
Un minuto más tarde, la misma Patri remató con la cabeza un centro de Aitana para poner las tablas dando alas al conjunto catalán. Lo más difícil ya estaba hecho, con la energía y los nervios a flor de piel, este Barça era otro equipo al de la primera parte, así como la presencia y los cánticos de la afición culer. Ganadora también en el duelo de seguidores en las gradas.
Durante el transcurso de la segunda mitad, la superioridad blaugrana era abrumadora, el Barça era muy superior y conscientes de ello no dejaron de apretar. Las ocasiones estaban, solo faltaba el gol.
Jonatan Giraldez dio entrada a Geyse en el lugar de Salma Paralluelo y aquí estuvo la final. La delantera brasileña revolucionó el partido con jugadas y ocasiones claras de gol.
Finalmente, el tanto llegó. Fridolina Rolfö fue la encargada de dar la alegría a los culers. La ya reconvertida lateral, que ha estado más que impecable durante toda la temporada, no falló a la gran cita de Eidnhoven y se convirtió en la invitada estrella al marcar el gol de la remontada.
Geyse, puso un centro para Mariona. La balear intentó rematar de primeras pero el esférico quedó sin propietario así que la sueca aprovechó el rebote para mandar el balón directo a la escuadra.
Alexia, que estuvo gran parte del segundo tiempo calentando en la banda para entrar en los últimos minutos, saltó al campo para levantar la copa delante de las más de 8.000 almas blaugrana.